lunes, 26 de noviembre de 2012

"No siempre hay un final feliz, pero siempre hay moraleja"


La vida me ha enseñado que hay que mirar por la felicidad de los demás antes que por la tuya. Que hay que dejar ir a quien más amas, cuando sabes que contigo no va a estar bien. Que ninguna relación es mala, que, aunque no tenga su final feliz, tiene su moraleja. Porque La Vida da a entender que, para que la gente siga teniendo fe en los finales felices, no los puede regalar, solo los puede conceder a quien de verdad lo merece y ha mostrado interés.
Cada amor es una historia, cada historia tiene dos posibilidades, ir avanzando capítulo por capítulo, disfrutando de la novela que se va narrando o, por el contrario, avanzar tan rápido, que llegue a aburrirte y dejarla a medias, sin saber nunca el final.
También tiene un gran parecido con el brillo de las estrellas, como sabréis, las estrellas se van apagando poco a poco, hasta tal punto, que ya no se verá nada, nunca más. Pero, otra estrella nacerá para iluminar tus días, para demostrarte que no estás sola en el mundo.
Ni la relación más bonita siempre va a acabar bien, solo hay que ver a Romeo y Julietta, la muerte acabó con ellos y se llevaron a trece personas en el camino.
Quizá esté dando a entender que no creo en el amor y quizá sea así. Pero no por otra cosa que porque, en toda mi vida, todavía La Vida no me ha asignado ese final feliz que creía que merecía. Pero hay que tener paciencia, ¿no? las cosas buenas tardan en llegar.
"A veces es mejor apartarse y ser un buen recuerdo, que quedarse y ser una mala experiencia"

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