domingo, 10 de febrero de 2013

Juraría ante cualquiera que, cuando te vi, me enamoré por primera vez.


Éramos jóvenes y tú llevabas el cabello despeinado, creías que te daba un toque de chico duro, pero en realidad, te hacía parecer más dulce aún. Tu pelo. Tu sonrisa. Tus labios. Tus cálidas manos. Tu mirada.  El hecho de que existieras, de que estuvieses delante de mí, mirándome a los ojos con calidez, con esa calidez tan tuya... Me enamoró. Y aunque nos hayamos distanciado, aunque hayan pasado más de cinco años, aunque pasen cincuenta, siempre recordaré tu sonrisa.


Tu sonrisa...

No hay comentarios:

Publicar un comentario