lunes, 10 de diciembre de 2012

No matter



No hay peor sensación que la que se te queda cuando lo último que le dices a una persona a la que de verdad aprecias, es un insulto.

Hace tiempo conocí a alguien, a una persona con la que estuve hablando cosa de dos meses, pero cogimos muchísima confianza. Nos vimos dos veces como mucho en persona, pero siempre hablábamos por mensajes, redes sociales y demás. No le gustaba hablar por teléfono.

Un mal día, se nos cruzaron los cables a los dos, estábamos cansados y lo pagamos el uno con el otro, discutimos bastante fuerte y ambos acabamos mal. Estuve sin saber de él medio mes.

Entonces, un día, me llamó un número oculto, era su mejor amigo, el chaval con el que discutí, había muerto de una enfermedad del corazón. 
Cuando me dijo que no quería hablar conmigo por teléfono porque tan solo lloraba, cuando me dijo que no me quería ver en persona porque le era demasiado difícil salir a la calle.. En ese instante, realmente morí.

A veces me sigo sintiendo culpable, a pesar de que me han dicho una y otra vez, que no es así. Pero me siento culpable porque le hice pasar uno de sus últimos días de esa forma. 
Hace siete meses que murió, siete meses ya, y no hay ni un momento en el que deje de pensar él.

Creo, que nunca deberíamos despedirnos de alguien de este modo, es demasiado cruel, demasiado...

No hay comentarios:

Publicar un comentario